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urante una relación
muy importante en mi vida, muchas veces me encontré sintiéndome realmente
triste, decepcionada y llena de dolor por lo que yo consideraba en ese momento
la falta de apoyo de quien era mi pareja. Muy lejos estaba yo de saber que en
realidad no era que él no me apoyara, sino que era hombre y que,
naturalmente, funcionaba de forma totalmente distinta a mí, que soy
mujer.
Me acuerdo de
momentos puntuales en que realmente necesitaba su ayuda, desde hacer cosas
simples como ayudarme a cargar el tambo de agua o bajar las bolsas del
supermercado del carro, hasta sentir su apoyo en períodos en que yo la estaba
pasando muy mal emocionalmente en mi trabajo. No recibía la ayuda que yo
necesitaba. Y él parecía no darse cuenta. Peor aún, parecía no importarle. Y yo
me quejaba, resoplaba, me llenaba de resentimiento, alegaba…