miércoles, 15 de enero de 2014

¿Soy intimidante o consciente?

Hace un par de días me reuní con un amigo a revisar una propuesta de trabajo. Un amigo de mi camino espiritual. Después de hablar de la propuesta, salió a la conversación el hecho de que terminé con mi última pareja y las razones por las cuales esto se había dado. Él se quedó confundido cuando acabé de contarle… Definitivamente consideraba que era justificable… pero no entendía los pormenores. Se puso las manos en la cabeza y dijo: “(los hombres) ¡Estamos en pañales!”.

Para mis amigas mujeres la cosa no pudo estar más clara. Lo captaron inmediatamente. Muchas con historias de abuso de poder por parte de hombres en sus vidas. Casi todas en un proceso de sanación, de crecimiento espiritual. Ninguna ya dispuesta a “volver atrás” y a ser la misma de antes. No más acallar sus voces internas, hacerse pequeñas para que el que esté a su lado se pueda sentir grande, apagar su luz para que otros brillen, vivir una vida sin sentido, pero “cumpliendo su deber de mujeres”. Siendo “buenas.”


jueves, 9 de enero de 2014

Aprendiendo a ser yo, a ser "egoísta"

Fui criada para complacer las expectativas de los demás, para “encajar”. La única persona que trató de enseñarme algo diferente fue mi mamá, pero no fue congruente, no tenía los recursos emocionales para serlo. No me era fácil. Peleaba conmigo misma porque lo que yo “era de verdad”, lo que yo pensaba, lo que yo sentía, lo que yo quería hacer no tenía nada que ver con lo que se suponía que fuera, pensara, sintiera, hiciera… soy una rebelde por naturaleza.

Pasé muchos momentos dolorosos, mucha tristeza, mucha rabia... Me sentía sofocada, atrapada. Y terminé comprando el punto de vista de que yo simplemente estaba mal, tenía un problema serio, un problema de fondo…

No sabía que el sufrimiento no es real, sino una elección, así que sufrí mucho. Dejé que mi mente fuera mi ama y le diera rienda suelta a los pensamientos de víctima; todos ellos hicieron que la experiencia pareciera muy real. Sólo era víctima de mis elecciones y de mi falta de fe.