miércoles, 25 de diciembre de 2013

Aquellos que ya no están conmigo

Este año fue un buen año. Un año maravilloso más bien. Hubo de todo. Hubo alegrías, nervios, retos, resistencia, satisfacciones, mucho amor, aprendizajes, regalos, logros, pruebas, sorpresas, confrontaciones, gozo…

Varias personas nuevas llegaron a mi vida, personas maravillosas, que han sido y siguen siendo una contribución en mi vida. Personas que han abierto su mente, su alma y su corazón conmigo y me han permitido abrirme a mí también con ellas.
Otras, personas maravillosas también, se fueron. Algunas para siempre. Algunas incluso de esta dimensión. Personas realmente significativas en mi vida. Personas que amo. Personas con quienes compartí una parte sustancial de mi Ser, quedando profundamente unida a ellas de alma…

sábado, 30 de noviembre de 2013

Una gran amiga que se va


H
oy murió una amiga muy amada. Claudia. Murió después de una larga y tortuosa enfermedad, poco después de su mamá y su hermana, a quienes también quise mucho, que murieron de la misma enfermedad. Y aunque ella estaba en paz con su destino y yo, al final, también, digamos que mi corazón está… sensible. 

Claudia y yo nos conocimos en la adolescencia, en el colegio, pareciera que hace siglos... Fuimos muy cercanas durante muchos años, incluso con nuestras familias. Vivíamos cerca y compartíamos una gran variedad de cosas; entre ellas alegrías, secretos, objetivos, tristezas, travesuras, valores, dolores, momentos… Pero sobretodo, un amor muy profundo la una por la otra.
Ella fue una de las personas que más apoyo y más amor me brindó en esta etapa de mi vida y lo que fuera uno de los eventos más importantes de mi vida: la muerte de mi mamá, cuando yo tenía apenas 20 años. Nunca lo olvidaré. Mi mamá y ella se querían mucho también; las dos tenían un corazón dulce y maravilloso.

jueves, 21 de noviembre de 2013

Un libro que me está enamorando...


H
ace unas semanas, como algunos de ustedes sabrán, decidí darle vacaciones a mi mente. Dejé los libros teóricos y empecé una novela. Aunque, en realidad, si he de ser honesta, no creo que cuente como novela… pero lo leí completo, después de más de año y medio de no leer uno. Leí “Cartas para Claudia”, de Jorge Bucay; qué, no sólo me encantó, sino que, además, profundizó mi admiración por el escritor; este psicólogo argentino tan auténtico, tan profundo, tan simple, tan maravilloso, tan amoroso, tan rebelde y tan sabio…

Así que me siento feliz de “estar en la jugada” de nuevo… leer que es algo que me produce tanto gozo! Al terminar, rápidamente me dirigí a mi librera a elegir “al siguiente candidato.” La boca se me hacía agua de ver tanto libro por escoger… y los ojos me brillaban. Pero me contuve. Tenía que ser congruente con mi decisión. Elegiría algo sencillo, algo con lo que pudiera fluir y no hacer trabajar a mi mente con teoría sobre la mente y el espíritu humano, el amor, el ego, en fin… Así que elegí para continuar un libro sencillo que había leído hace más de diez años: El Alquimista, de Paulo Coelho. Al principio pude fluir… Sin embargo, sentía muy extraño que – aunque no me recordara qué seguía ni en qué termina – ya todas las imágenes estaban construidas en mi mente. Era como… como ir descubriendo algo, porque lo había olvidado por completo, pero al mismo tiempo algo que ya conocía de memoria… no sé describirlo mejor… y, aunque lo disfrutaba, digamos que carecía de motivación sin la posibilidad de crear las imágenes, las sensaciones, los sonidos, los olores… Lo dejé. A la fuerza, ni el pan es bueno.

martes, 12 de noviembre de 2013

Menopausia: Botando paradigmas


D
espués de ser la “paciente” más cumplida de mi ginecólogo y no dejar de hacerme ningún control durante toda mi vida, por razones que no vienen al asunto, dejé de ir a controles por cinco años. Este año volví después de esa larga ausencia.

Al entrar, habiéndome ya yo juzgado y sintiéndome culpable por “semejante irresponsabilidad” y avergonzada por haber “traicionado” a mi ginecólogo con mi larga ausencia, me desviví en explicaciones sobre la misma, mostrando análisis que me había hecho otro médico y mil cosas más. Mi ginecólogo no pudo hacer más que revisarlos y decirme que todo estaba bien. Estaba muy contento de verme de nuevo y yo de verlo a él. Inmediatamente volví a sentirme tan en paz y tan contenida como siempre me sentí en su consultorio. La relación que uno tiene – o que yo tengo más bien – con él es muy especial; después de todo no son los dientes o los pies lo que me revisa y, no solo eso, sino que, además, fue co-partícipe de dos de las más lindas aventuras que he tenido en mi vida: el nacimiento de mis dos hijas. 

jueves, 31 de octubre de 2013

Día de Todos los Santos: Honrando a la familia


C
uando comencé este camino terapéutico era muy común encontrarme “dándome” cuenta de cosas en mí que habían sido provocadas por las dinámicas familiares en mi núcleo de origen. Era común escucharme a mí misma “reclamando” hacia atrás, hacia mis padres, mis abuelos, por lo que no es una realidad hoy y que “debería” ser o hubiera querido que fuese… constantemente peleando con aquello que “fue”.
Y entonces entré al camino de las Constelaciones Familiares. No tenía idea a lo que me metía. Si sabía lo impactante que podía ser este método terapéutico – a falta de un mejor nombre para llamarle – desarrollado por el ex Jesuita alemán, psicólogo, teólogo y pedagogo, Bert Hellinger. Y, sí, he encontrado una maravillosa forma de sanar, que ha logrado cosas sorprendentes en mi vida… y en la vida de muchos que conozco; pero encontré mucho más de lo que buscaba.
En la filosofía que Hellinger describe a partir de la observación de las Constelaciones Familiares encontré una nueva manera de concebir la vida. Una que parte de la gratitud hacia nuestros antepasados para poder tomar nuestra vida hoy. Una que se basa en el honrar “lo que fue” desde el corazón, para poder honrar lo que es hoy, para poder tomar lo que hoy me toca.
Y esta fue una de las cosas que me ayudó a cambiar completamente la forma de ver hacia atrás. Ahora, cada vez que siento confusión, duda, necesidad de apoyo o fortaleza, lo primero que hago es sentir a mis papás detrás de mí, sentir su fuerza. Y, cuando eso no alcanza, a mis abuelos también. Esto cambia completamente la situación.

miércoles, 9 de octubre de 2013

En busca de "esa" novela...


L
levo más de año y medio sin haber leído un libro completo… lo cual me hacía mucho ruido al principio, pues leer es algo que disfruto muchísimo. Creo que mi mente está un poco cansada del tipo de libros que escojo. Me encanta el crecimiento personal, los temas espirituales, de la mente… y esos son los únicos libros que compro.

La última novela que leí fue “Eat, Pray, Love” de Elizabeth Gilbert, que la leí hace como cuatro años… la disfruté enormemente. Luego leí la continuación, “Comitted”, pero difícilmente le llamaría yo a este libro novela… aunque he de decir que me encantó.

Desde ése entonces he estado leyendo libros teóricos, libros densos, o no tan densos pero si relacionados con mi trabajo – que es a la vez, mi hobby. Sin embargo, el hecho de que no termine ningún libro hace tanto tiempo me ha hecho pensar que quizás mi mente necesita vacaciones. Necesita leer algo que lo “saque” de tener que asimilar información, de procesar conocimiento, de hacer relaciones con conocimientos pasados o que lo haga pensar en posibles aplicaciones prácticas.

sábado, 17 de agosto de 2013

La gente que se fue de mi vida

E
n los últimos años personas importantes para mí se han ido de mi vida. Se han ido porque las cosas no han sido como “esperábamos”, porque han querido irse, porque yo les he pedido que se fueran o porque ha habido una confrontación y a partir de ella han decidido irse. 
Cada una de esas personas que se ha ido ha provocado en mi un “movimiento telúrico”, un temblor. Algunos fueron fuertes, me movieron muchíiiisimo… y provocaron en mí numerosas cosas… profundos temores, dolores, tristeza… Otros, apenas los sentí. Con unos incluso fue peor el ruido que me provocó no saber por qué se iban que la partida en si… Me pregunté muchas veces qué es lo que estaba haciendo mal. La mente, el ego… siempre queriendo tener la respuesta correcta, controlar lo que pasa, “manejar” las situaciones como “debiera” ser.

Cuando estamos bloqueados…

¡C
uántas veces en nuestra vida sabemos que nos toca hacer algo; que sólo depende de que comencemos. Y… simplemente no sucede! Y entonces comenzamos con las excusas, en toda su variedad de colores, sabores, tamaños y formas. Las excusas para los demás y para nosotros mismos. Y la espinita sigue dentro… es algo que no va a dejarnos tranquilos hasta que lo hagamos.
Esto nos genera muchísima frustración, confusión, temor, cuestionamientos… Eso cuando ya hemos superado al menos medianamente la etapa del “autocastigo”, por no hacer, ser o actuar de la forma en que “deberíamos” hacerlo según los demás y nosotros mismos, en la dicotomía eterna de la mente, el ego, y el corazón, el Espíritu.
Si no hemos superado esa etapa… entonces comenzamos a apropiarnos de un montón de calificativos, que van desde haragán, dejado, descuidado, desastroso… hasta palabras menos “agradables”. Nos duele. Nos quedamos como estancados y nuestro nivel energético va descendiendo… nos vamos contaminando de este “no hacer” en otros contextos de nuestra vida… esto nos impide, hasta cierto punto, estar en total paz con nosotros mismos.

lunes, 22 de julio de 2013

Constelaciones Familiares: Un Misterio a Voces

A
l saber que soy facilitadora de Constelaciones Familiares algunas personas me dicen… ‘he escuchado mucho de eso, pero no sé qué es. ¿Tiene algo que ver con las estrellas?’  
Cada vez más personas escuchan sobre este método terapéutico, pero la traducción al español del término original en alemán aún resulta confuso para algunos. Configuraciones Familiares Sistémicas es el nombre que se usa en Guatemala. Y, de hecho, no tiene nada que ver con las estrellas.
Se trata de uno de los métodos terapéuticos más novedosos en la psicología sistémica, cuyo enfoque fue desarrollado por Bert Hellinger, filósofo y psicoterapeuta alemán, ex Jesuita, quién además fue nominado al Premio Nobel de la Paz en 2012. Hellinger llegó a este enfoque  luego de una larga trayectoria de práctica e investigación en psicoanálisis, terapia grupal, otros métodos y el análisis de las historias familiares de miles de personas.

miércoles, 10 de julio de 2013

Mi propia Cocina Mágica

A
 principios del 2012, un grupo de amigas y yo decidimos juntarnos regularmente para leer juntas un libro sobre relaciones de pareja, discutirlo, hacer los ejercicios propuestos por la autora y así, juntas, sanar de una vez por todas esa área de nuestras vidas. Todas estábamos separadas o divorciadas y habíamos terminado mal nuestras relaciones de pareja. O no las habíamos terminado de una manera que nos permitiera concluir esta etapa como quisiésemos. No pareciera posible tener una relación de pareja sana.


Todos los viernes por la mañana nos juntábamos en mi casa, en un porche maravilloso frente al hermoso jardín que tenía y hablábamos por largas horas. Hablábamos sobre nuestras experiencias, nuestros sentimientos, nuestras expectativas, nuestras vidas y de aquellos que fueron nuestras parejas. Logramos tener una amistad muy cercana, muy íntima, muy fuerte.  

martes, 2 de julio de 2013

Conferencia sobre las diferencias entre hombres y mujeres

Este jueves 4 de julio, estaré impartiendo la primera de una serie de conferencias sobre las diferencias entre hombres y mujeres. El conocer estas diferencias nos permite relacionarnos con el otro sexo con mayor fluidez, con mayor comprensión y receptividad, en vez de confrontación. Te invito a acompañarme y a conocer más sobre este tema tan amplio, tan interesante y tan útil. Divertido a veces también, si nos permitimos verlo así. 

Entrevista de Mujeres Completas a Solange Dufourq, de Sentir para Sanar

sábado, 29 de junio de 2013

Hombres negociadores, mujeres colaboradoras


D
urante una relación muy importante en mi vida, muchas veces me encontré sintiéndome realmente triste, decepcionada y llena de dolor por lo que yo consideraba en ese momento la falta de apoyo de quien era mi pareja. Muy lejos estaba yo de saber que en realidad no era que él no me apoyara, sino que era hombre y que, naturalmente, funcionaba de forma totalmente distinta a mí, que soy mujer.

Me acuerdo de momentos puntuales en que realmente necesitaba su ayuda, desde hacer cosas simples como ayudarme a cargar el tambo de agua o bajar las bolsas del supermercado del carro, hasta sentir su apoyo en períodos en que yo la estaba pasando muy mal emocionalmente en mi trabajo. No recibía la ayuda que yo necesitaba. Y él parecía no darse cuenta. Peor aún, parecía no importarle. Y yo me quejaba, resoplaba, me llenaba de resentimiento, alegaba…


lunes, 17 de junio de 2013

Elegir ser real…


L
a autenticidad es una de las cosas que más valoro en mi vida. También es una de las más difíciles de lograr y de hacer realidad, es cierto. Requiere de una atención consciente permanente, que no es fácil de sostener, de una profunda honestidad, de una inmensa capacidad de verme a mí misma y de muchísima valentía.

Muchas veces me ha pasado que me encuentro ‘atrapada’ en una situación. Y, con atrapada no me refiero a algo literal; me refiero a la sensación que me produce el ‘no saber’ con la mente qué es lo que me pasa en el corazón. Aparece una sensación de que ‘algo está mal’, que ‘algo no me gusta’, que ‘algo disuena conmigo’, sin saber qué es…

domingo, 16 de junio de 2013

Un poco de paciencia por favor…

D
e alguna manera – o de muchas, más bien – hemos aprendido que siempre podemos ser mejores o que siempre las cosas que hacemos hubiesen podido hacerse de mejor forma. Y, claro que hay mucho de verdad acá… 

No obstante,  aunque es cierto que somos “perfectibles”, cuando “evaluar” nuestras acciones, reacciones, emociones y relaciones constantemente con la visión de un despiadado auditor de control de calidad se convierte en una práctica que no termina… Sin ninguna compasión hacia nosotros mismos, sin paciencia, sin tolerancia, sin amor… nos provoca una sensación permanente de cruel desazón.

miércoles, 5 de junio de 2013

Amarme para poder amar…


T
engo la firme creencia de que todos tenemos un ‘camino de vida’. Que cada uno de nosotros – aunque podamos tener diversos obstáculos en nuestra vida – tenemos un tema en específico en donde se nos dificulta más el avanzar. Para algunos es la salud, para otros la economía, para otros la carrera… y para algunos de nosotros, la pareja.
Durante mi vida he tenido varias parejas. Ha habido cosas ‘positivas’ y cosas ‘negativas’ en cada una de esas relaciones. Sin embargo, no siempre tuve el nivel de conciencia que tengo el día de hoy; antes pensaba que era mala suerte, malas elecciones, cosas del destino… Y, de esa manera, no tomaba lo positivo de ellas: el aprendizaje.

Poco a poco, mientras fui avanzando en este camino terapéutico fui aprendiendo que lo que nos rodea, nuestra realidad exterior, solamente es un reflejo de nuestra realidad interior… así que, poco a poco comencé a poner atención en lo que vivía para poder asimilar lo que me correspondía y sanarlo. Comencé a darme permiso de vivir de otra manera. Decidí cambiar mi realidad interior para poder cambiar mi realidad exterior.

viernes, 31 de mayo de 2013

Flexibilidad: ¿Se vale o no se vale?


U
n tema que me toca mucho en lo personal es la contradicción entre lo que se dice y lo que se hace. La incoherencia. Probablemente porque todavía es algo que me cuesta mantener en ciertas áreas de mi vida, como en la maternidad, por ejemplo. Es un esfuerzo constante para mí; me requiere de mucha conciencia ser congruente...

Y así, hay valores que se nos enseñan teóricamente desde pequeños pero que en realidad no se viven como un valor. Esto es algo que me llama muchísimo la atención… cómo abiertamente proclamamos algo y, por el otro lado, lo ignoramos totalmente o incluso lo condenamos. Hoy lo que capta mi atención es cómo experimentamos la flexibilidad.

Se nos enseña que es “bueno” ser flexible y adaptarse a las circunstancias de cada momento. Más en el contexto de evitar quejas… pienso. Y de no ‘molestar’, ¡seguro! En aras de la ‘paz común’ que todo el mundo ceda sus necesidades y deseos para evitar el conflicto… Y, hasta cierto punto me parece bien. Cuando toca tomar una decisión en grupo, lo más conveniente es buscar lo que mejor se acomode a la mayoría. Y toca ceder, toca acoplarnos. A veces es más difícil, a veces menos.

miércoles, 29 de mayo de 2013

A crearme otra historia…


U
na de las cosas más hermosas que he aprendido es a ser amorosa conmigo misma. Comencé a aprenderlo el día que dejé de concebir la compasión como un sinónimo de lástima y comencé a entenderla como un acompañamiento en el amor. Fue una noción realmente liberadora. Fue algo que realmente me acarició con ternura el corazón… una brecha se abría ante mis ojos…Esta era la posibilidad de no estar ni del lado del verdugo que me castigaba constantemente ni del lado de esa patética figura que sentía lástima de mi misma…

En ese momento no había experimentado todavía lo que se siente cometer errores y, aún así, elegir mantener la paz. Aún perseguía inconscientemente la ilusa idea de la perfección absoluta. Y, cuando repetidamente me daba cuenta de que cometía errores – más aún cuando eran tropezones con los cuales ya me había encontrado en el pasado – me entristecía, me frustraba y me castigaba. No sólo eso sino que entraba en tremebundo dilema tratando de empatar de la mejor manera posible lo que mi mente me decía que debería ser  y lo que, obviamente, era como era. Nunca conseguí empatar estos escenarios.

lunes, 27 de mayo de 2013

Dejar de callar para estar en paz



E
n mis relaciones muchas veces me encontré con frustración, desesperación, tristeza y enojo reprimidos… lo cual era muy incómodo además de que me mantenía anclada en el papel de víctima de las circunstancias… totalmente impotente ante mi entorno. No decía nada por temor a alejar de mí a aquellos que amaba y que anhelaba me amaran. Lo que menos quería era ‘irritar’ o ‘hacer enojar’ a estas personas.

Aprendí a ‘no molestar’. Quería demostrarle al mundo que yo era diferente de las demás mujeres. Que yo no importunaba, no me enojaba, no era posesiva ni celosa, era muy independiente, no necesitaba nada… ni cariño, ni tenía ningún tipo de deseo o necesidad afectiva. Yo ‘me las podía’ todas.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Todo en Movimiento: Cuerpo, mente y espíritu



E
l ejercicio no ha sido parte de mi vida. Nunca lo fue, salvo por algunas escasas ventanas en el tiempo en donde hice aeróbicos, nadé o caminé. Para mí, ‘esto’ es lo ‘normal’. No he estado rodeada de personas aficionadas al deporte ni viví en un hogar en donde cualquier cosa que se pareciera a la actividad física fuese parte de la cotidianeidad. 

Me acostumbré a una vida sedentaria – que no por llamarla sedentaria quiero decir que ha sido una vida carente de actividad. De hecho, no hay un momento en el día en que sienta el impulso de salir a correr o a jugar tennis ni nada por el estilo… aunque no puedo decir que no disfruto de caminar o nadar. Ir a un gimnasio menos… pues mi percepción de los gimnasios, hasta ahora, había sido de ‘una desagradable y obligatoria necesidad’ - similar a una cámara de torturas!

martes, 21 de mayo de 2013

En el mar tormentoso de la confusión...



H
ay días en que estoy de lo más tranquila y, repentinamente - como si apareciera de la nada - algo me toma por sorpresa y me deja como suspendida en el aire… No me da tiempo ni siquiera de reaccionar.

Y, cuando finalmente me doy cuenta de que se suponía que reaccionara o respondiera a esto que sucede o me sucede, me quedo en blanco…

No me gusta esta sensación. Me parece incómodo no saber qué pensar, qué sentir, qué hacer. Y, creo que aún más incómodo me resulta no saber qué pasó, de dónde vino esto que me llega y que no sé qué hacer con ello…


viernes, 17 de mayo de 2013

Sí, soy diferente




C
uando era chiquita me preocupaba enormemente el hecho de que era diferente. Me cuestionaba – sin ninguna conciencia propia - qué pasaba conmigo, qué estaba mal… Mi mente trataba de convencerme de que, en realidad, quería ser igual a todos, no notarme, pensar lo mismo que pensaban los demás, gustar de lo que gustaban los demás, usar lo que usaban los demás, ir a los lugares que iban los demás y hacer lo que los demás hacían. Trataba de convencerme de que lo mejor era ‘pasar inadvertida’ - y que, así, les gustaría a todos. Eso me haría ser ‘cool’. No me salía muy bien la cosa…


No podía ser yo de otra forma. Crecí en un hogar muy particular, único, en el que se me enseñó a ser yo. De dos padres que eran ellos mismos, así como eran, para bien o para mal. Se me enseñó a opinar. Se me enseñó a tener criterio. Se me enseñó a ver más allá de las apariencias. Lo agradezco infinitamente. Lo honro.  

Ahora que estoy en la adultez, en una década que, francamente nunca pensé que iba a disfrutar tanto, me siento totalmente diferente de cómo me sentía en ésa época. Ahora me encanta saber que soy así, sentirme así. Soy única, con gustos atípicos, tengo una forma de pensar distinta a la de la mayoría de gente, valoro otras cosas, y, lo que hago, digamos que es bastante singular…

jueves, 16 de mayo de 2013

¿Por qué Sentir para Sanar?



H
ace muchos años estaba, sin ser consciente de ello, atravesando una fuerte depresión. La misma, como pasa muchas veces en la vida, era más evidente para otros que para mí misma, que me encontraba como en el ojo de un huracán, totalmente aislada de mí alrededor y sin poder contactar ninguna luz que ofreciera sacarme de ahí.

Alguien muy importante para mí se acercó y me preguntó por qué no buscaba la ayuda de un profesional. Con la ignorancia sobre el tema y la falta de consciencia propia que me caracterizaba en ésa época, le respondí que no quería tocar de nuevo todas aquellas memorias que quedaron en mi niñez y que eran tan dolorosas para mí. Ya las había dejado atrás, en el pasado y que quería que se quedaran ahí. Poco sabía yo en ese entonces que, sin sanar mi pasado, no sería capaz de vivir realmente en el presente y darme cuenta de todo lo bueno que había en ése momento de mi vida.