sábado, 30 de noviembre de 2013

Una gran amiga que se va


H
oy murió una amiga muy amada. Claudia. Murió después de una larga y tortuosa enfermedad, poco después de su mamá y su hermana, a quienes también quise mucho, que murieron de la misma enfermedad. Y aunque ella estaba en paz con su destino y yo, al final, también, digamos que mi corazón está… sensible. 

Claudia y yo nos conocimos en la adolescencia, en el colegio, pareciera que hace siglos... Fuimos muy cercanas durante muchos años, incluso con nuestras familias. Vivíamos cerca y compartíamos una gran variedad de cosas; entre ellas alegrías, secretos, objetivos, tristezas, travesuras, valores, dolores, momentos… Pero sobretodo, un amor muy profundo la una por la otra.
Ella fue una de las personas que más apoyo y más amor me brindó en esta etapa de mi vida y lo que fuera uno de los eventos más importantes de mi vida: la muerte de mi mamá, cuando yo tenía apenas 20 años. Nunca lo olvidaré. Mi mamá y ella se querían mucho también; las dos tenían un corazón dulce y maravilloso.

jueves, 21 de noviembre de 2013

Un libro que me está enamorando...


H
ace unas semanas, como algunos de ustedes sabrán, decidí darle vacaciones a mi mente. Dejé los libros teóricos y empecé una novela. Aunque, en realidad, si he de ser honesta, no creo que cuente como novela… pero lo leí completo, después de más de año y medio de no leer uno. Leí “Cartas para Claudia”, de Jorge Bucay; qué, no sólo me encantó, sino que, además, profundizó mi admiración por el escritor; este psicólogo argentino tan auténtico, tan profundo, tan simple, tan maravilloso, tan amoroso, tan rebelde y tan sabio…

Así que me siento feliz de “estar en la jugada” de nuevo… leer que es algo que me produce tanto gozo! Al terminar, rápidamente me dirigí a mi librera a elegir “al siguiente candidato.” La boca se me hacía agua de ver tanto libro por escoger… y los ojos me brillaban. Pero me contuve. Tenía que ser congruente con mi decisión. Elegiría algo sencillo, algo con lo que pudiera fluir y no hacer trabajar a mi mente con teoría sobre la mente y el espíritu humano, el amor, el ego, en fin… Así que elegí para continuar un libro sencillo que había leído hace más de diez años: El Alquimista, de Paulo Coelho. Al principio pude fluir… Sin embargo, sentía muy extraño que – aunque no me recordara qué seguía ni en qué termina – ya todas las imágenes estaban construidas en mi mente. Era como… como ir descubriendo algo, porque lo había olvidado por completo, pero al mismo tiempo algo que ya conocía de memoria… no sé describirlo mejor… y, aunque lo disfrutaba, digamos que carecía de motivación sin la posibilidad de crear las imágenes, las sensaciones, los sonidos, los olores… Lo dejé. A la fuerza, ni el pan es bueno.

martes, 12 de noviembre de 2013

Menopausia: Botando paradigmas


D
espués de ser la “paciente” más cumplida de mi ginecólogo y no dejar de hacerme ningún control durante toda mi vida, por razones que no vienen al asunto, dejé de ir a controles por cinco años. Este año volví después de esa larga ausencia.

Al entrar, habiéndome ya yo juzgado y sintiéndome culpable por “semejante irresponsabilidad” y avergonzada por haber “traicionado” a mi ginecólogo con mi larga ausencia, me desviví en explicaciones sobre la misma, mostrando análisis que me había hecho otro médico y mil cosas más. Mi ginecólogo no pudo hacer más que revisarlos y decirme que todo estaba bien. Estaba muy contento de verme de nuevo y yo de verlo a él. Inmediatamente volví a sentirme tan en paz y tan contenida como siempre me sentí en su consultorio. La relación que uno tiene – o que yo tengo más bien – con él es muy especial; después de todo no son los dientes o los pies lo que me revisa y, no solo eso, sino que, además, fue co-partícipe de dos de las más lindas aventuras que he tenido en mi vida: el nacimiento de mis dos hijas.