El mundial de fútbol de Sudáfrica 2010 fue
el primero que yo viví con redes sociales.

Sin embargo, hubo algo que me disgustó
muchísimo… las groserías. Así como somos libres de expresar nuestra pasión por
un equipo y nuestro entusiasmo, así también somos libres de expresar nuestras aversiones.
Hay gente que normalmente publica cosas
positivas, cosas de amor, de transformación, de empatía, de compasión… Y estos
días es como si saliera “su otro yo”. Y comienzan a publicar groserías de todo
tipo en contra de los “equipos que no son de su predilección” y los fanáticos
de estos con total libertad. Claro, están también los que son patanes siempre.