H
|
ace muchos años estaba, sin ser consciente de ello,
atravesando una fuerte depresión. La misma, como pasa muchas veces en la vida,
era más evidente para otros que para mí misma, que me encontraba como en el ojo
de un huracán, totalmente aislada de mí alrededor y sin poder contactar ninguna
luz que ofreciera sacarme de ahí.
Alguien muy importante para mí se acercó y me preguntó por
qué no buscaba la ayuda de un profesional. Con la ignorancia sobre el tema y la
falta de consciencia propia que me caracterizaba en ésa época, le respondí que
no quería tocar de nuevo todas aquellas memorias que quedaron en mi niñez y que
eran tan dolorosas para mí. Ya las había dejado atrás, en el pasado y que
quería que se quedaran ahí. Poco sabía yo en ese entonces que, sin sanar mi
pasado, no sería capaz de vivir realmente en el presente y darme cuenta de todo
lo bueno que había en ése momento de mi vida.
Algún tiempo después comencé un camino terapéutico,
queriendo sanar una situación particular que estaba viviendo. Visité un par de
psiquiatras y varios psicólogos convencionales y ahí me di cuenta de que
cualquier oportunidad de mejora que pudiese tener esta situación tenía todo que
ver con mi propia capacidad de sanar mis temas pendientes, para así poder estar
presente como me era requerido. Así podría actuar desde mi Ser, dejando a un
lado el gran equipaje emocional que me estorbaba.
Seguí en este camino y me llevó mucho más lejos de lo que yo
hubiese podido imaginar. Después de continuos cursos de crecimiento personal y
desarrollo, incursioné en el mundo de Programación Neurolingüística (PNL), que
me abrió un panorama ilimitado de posibilidades. Me hizo tomar consciencia de
mi poder personal y del hecho de que, si yo había elegido todo lo que había
vivido en el pasado y lo que estaba viviendo en ese momento, podía elegir algo
diferente de ahora en adelante.
Aprendí también a partir de ahí el poder de sentir en vez de
evadir o negar las emociones. Aprendí que, cuando hago consciente una emoción,
la tomo, le doy la bienvenida con gratitud y me entrego a ella sin juicio, sin
clasificarla como buena o como mala, sin pensar que yo ya “debería” haber
superado tal o cual situación… es como tener en las manos una pepita de oro de
valor incalculable.
A partir de la PNL y otras técnicas o métodos más que he ido
aprendiendo con el tiempo, me di cuenta de que la manera de crecer, de
evolucionar, de madurar y fortalecerme emocionalmente era sentir. He ahí el
origen del título que he elegido para este espacio, “Sentir para Sanar”.
Sin atrevernos a sentir, no hay camino de sanación. Lo maravilloso
de todo esto, además de los progresos que he visto en mi misma – y ahora en los
que vienen a mí por apoyo – es que le perdí el miedo a las emociones que antes
juzgaba como “malas”. Es peor el miedo y la resistencia a sentir que las
emociones en sí. Ahora sé que, aunque no me gusta cómo se sienten, no pasa nada
cuando las siento. Se sanan. Se van. Mis reacciones cambian, mis percepciones
se modifican, puedo estar más presente en cada situación.
Así que, los invito a
sentir... los invito a Sentir para Sanar.
#psychk #psychkguatemala #creencias #emociones #programacionneurolingüistica #evolucion #transformacion #cambio #crecimientopersonal #pnl #crecimiento #sanacion #constelacionesfamiliares #ait #terapiaintegrativaavanzada #tapping #eft #poderpersonal #coaching #reprogramacion #subconsciente #sanacion #poderpersonal
No hay comentarios:
Publicar un comentario