Crecí sólo entre mujeres. Nacimos
cuatro niñas y fuimos criadas por nuestra mamá, con ayuda de una amorosa Nana
que aún es parte de la familia. La mayoría del tiempo estuve en colegio de
mujeres; incluso me gradué de uno que diría que es feminista. Hace seis años
que vivo sola con mis dos hijas mujeres y estoy rodeada por muchas amigas.
Hasta la música que escucho es de mujeres.
Sin embargo, no aprendí a amar ser
mujer. No a un nivel profundo. Aún si nadie que me conozca de toda la vida diría
que es así, sino todo lo contrario.
He sido una rebelde toda mi vida; mas
no siempre tuve la fortaleza ni la congruencia como para ser fiel a mis ideas. Sobre
todo con mis parejas. Podían no gustarme muchas cosas, pero al final, el miedo inconsciente
a ser rechazada, a no ser amada o a ser abandonaba triunfaba, muy a pesar de mí
misma…
Aunque aparentemente toda la vida he
sido una aguerrida defensora de la mujer y del Ser Mujer, no sabía apreciar ni
amar mi ser mujer.