Hace
dos semanas recibí una llamada de una de las orientadoras del colegio donde
estudian mis hijas. Era para solicitarme que les diera una charla sobre cómo
empoderar a las niñas en la transición de primaria a secundaria.
En
el momento en que iba a responderle que yo no soy psicóloga y que por favor
solicitara esta charla a alguien más, asumiendo que querían algo tradicional en
donde se describiera el perfil de una niña de esa edad, datos teóricos de cómo ser
una madre ideal y esas cosas, ella me interrumpió. Me dijo que la razón por la
que me requerían a mí esta charla, era porque consideraban que mi hija, que
está viviendo esta transición, lo ha hecho de manera tan fácil, de forma tan
empoderada que las maestras lo habían solicitado así.
Yo
no salía de mi asombro... quedé de responderle más tarde.