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uando comencé
este camino terapéutico era muy común encontrarme “dándome” cuenta de cosas en
mí que habían sido provocadas por las dinámicas familiares en mi núcleo de
origen. Era común escucharme a mí misma “reclamando” hacia atrás, hacia mis
padres, mis abuelos, por lo que no es una realidad hoy y que “debería” ser o hubiera
querido que fuese… constantemente peleando con aquello que “fue”.
Y entonces
entré al camino de las Constelaciones Familiares. No tenía idea a lo que me
metía. Si sabía lo impactante que podía ser este método terapéutico – a falta
de un mejor nombre para llamarle – desarrollado por el ex Jesuita alemán,
psicólogo, teólogo y pedagogo, Bert Hellinger. Y, sí, he encontrado una
maravillosa forma de sanar, que ha logrado cosas sorprendentes en mi vida… y en
la vida de muchos que conozco; pero encontré mucho más de lo que buscaba.
En la
filosofía que Hellinger describe a partir de la observación de las
Constelaciones Familiares encontré una nueva manera de concebir la vida. Una
que parte de la gratitud hacia nuestros antepasados para poder tomar nuestra
vida hoy. Una que se basa en el honrar “lo que fue” desde el corazón, para
poder honrar lo que es hoy, para poder tomar lo que hoy me toca.
Y esta fue una
de las cosas que me ayudó a cambiar completamente la forma de ver hacia atrás.
Ahora, cada vez que siento confusión, duda, necesidad de apoyo o fortaleza, lo
primero que hago es sentir a mis papás detrás de mí, sentir su fuerza. Y,
cuando eso no alcanza, a mis abuelos también. Esto cambia completamente la
situación.