martes, 26 de abril de 2016

ReCreArte a través del maquillaje

En los últimos meses he retomado un gusto que tuve en el pasado – uno en el que incluso trabajé por un tiempo. El maquillaje. Y me “pegó” duro… Es impresionante lo que la tecnología ha avanzado en esta área, como en todas. Muchas cosas que ni existían en la época en que yo maquillaba.

A mis hijas les da mucha risa verme pura niña comprando “juguetes” en Internet, en algunas tiendas y también verme “jugar” con los pinceles y los menjurjes en el espejo de mi baño… Yo les digo que me encanta pintar. De hecho, si algo que la gente que me conoció de niña recuerda de mí, es mi talento por la pintura. Un talento que abandoné al salir del colegio. Ya no tengo ganas de hacer figura humana a lápiz… ahora quiero usar pinceles con sombras, rubores y crayones de labios de muchos colores… Para mí, es arte, es diversión y relajación, sólo que en una forma menos tradicional.


Así como ahora una de mis hijas disfruta ENORMEMENTE de pintar con sus crayones, lápices, marcadores, papeles especiales, iPad y lápices electrónicos y se la pasa – cuando tiene el tiempo – dibujando durante horas y horas y horas… así, yo disfruto maquillarme. Sólo que, como le digo yo, tengo únicamente un lienzo al día y me toca elegir entre mis decenas de colores, cuáles voy a usar ése día… porque lo que me ponga se queda. Todo el día.

Algunas personas han mostrado curiosidad por esto. Como si, de repente, fuera “pecaminoso” disfrutar de maquillarse. Algo que no se puede decir en voz alta. Una se convertiría en una persona superflua, vanidosa, vacía y “poco espiritual”. Y, además “debería” haber una razón justificada para hacerlo; como dice en este video que comparto a continuación, que una sea insegura, que desee impresionar a los hombres o que no se ame a sí misma – y yo agregaría a la lista, que desee competir con otras mujeres.

Me parece que estos son sólo juicios de personas que no tienen la más mínima idea de lo que dicen. Como yo no tengo ni la más mínima idea del placer que podría proporcionarme ir a un campo a volar un helicóptero de baterías con mis amigos… No lo juzgo. Sólo no lo comprendo. Todos disfrutamos de algo diferente. Tenemos talentos diferentes. E inclinaciones diferentes.

Para mí, el maquillaje es un placer. Es un área en donde me doy permiso de ponerme totalmente en contacto con mi parte femenina y mi niña interior. Un espacio en donde puedo crear sin límites. Aprender técnicas, trucos, secretos… y “jugar” de nuevo, con gusto, con placer, sin juicio… No me gusta tampoco echarme tantos menjurjes que ya nadie me reconozca, pero ESA SOY YO. Parte de lo que me encanta del maquillaje es que resalta la belleza real que ya reside en la persona, es como destacar de una manera juguetona y bonita lo que ya está ahí.

Mi experiencia como maquillista no me gustó para nada. No me gustó porque muchas mujeres se acercaban a mí para que “les disimulara los defectos”, para “parecer alguien más”. Eso va en CONTRA de mi filosofía de vida. En ése momento no lo podía poner en palabras de manera tan clara como puedo ahora. La autenticidad y la congruencia son cualidades que valoro muchísimo.

Darme el gusto de maquillarme, de usar colores, pinceles, labiales, rubores, perfumes, collares, aretes y faldas de vuelos es parte de ser quién soy… Parte de mi feminidad, que disfruto tanto. Mi hermana mayor me dice que parezco cascarón de carnaval. Y, la verdad, me encanta si es así. Me siento tan joven como cuando era adolescente. Me encantan los colores. Aunque por la edad, que ya voy rascando los 48, diría la “sociedad” que soy una señora, yo no me siento “señora”. Me siento yo. Única. Diferente. Auténtica. Espontánea. Libre. Feliz. Así que espero que aquellas a quienes les guste, como a mí, el maquillaje, SIMPLEMENTE PORQUE SÍ, se den el permiso de disfrutarlo sin culpa… ustedes, mujeres, son unas verdaderas artistas.


Video recomendado: The Power of Makeup - 

https://www.youtube.com/watch?v=a4Ov8qvZ2_w&feature=youtu.be










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