En los últimos meses he
retomado un gusto que tuve en el pasado – uno en el que incluso trabajé por un
tiempo. El maquillaje. Y me “pegó” duro… Es impresionante lo que la tecnología
ha avanzado en esta área, como en todas. Muchas cosas que ni existían en la
época en que yo maquillaba.
A mis hijas les da mucha
risa verme pura niña comprando “juguetes” en Internet, en algunas tiendas y
también verme “jugar” con los pinceles y los menjurjes en el espejo de mi baño…
Yo les digo que me encanta pintar. De hecho, si algo que la gente que me
conoció de niña recuerda de mí, es mi talento por la pintura. Un talento que
abandoné al salir del colegio. Ya no tengo ganas de hacer figura humana a lápiz…
ahora quiero usar pinceles con sombras, rubores y crayones de labios de muchos
colores… Para mí, es arte, es diversión y relajación, sólo que en una forma menos
tradicional.